Efectos del cambio climático sobre la biodiversidad
Investigadores

Anselm Rodrigo
Doctor en Biologia, catedràtic d’Ecologia a la UAB i investigador al CREAF i Coordinador del grau en Biologia Ambiental en dos períodes.
Amb en Jordi Bosch, codirigeix el Grup d’Ecologia d’Insectes i Pol·linització (GEIP) de la UAB-CREAF. La seva recerca es centra en millorar el coneixement de l’abundància i distribució de les espècies d’abelles silvestres a Catalunya. També estudia la variabilitat espacio-temporal de les comunitats de pol·linitzadors i formigues, així com les seves interaccions mutualistes i antagòniques, i com aquesta variabilitat ve condicionada per l'heterogeneïtat del paisatge, la fragmentació dels hàbitats, les pertorbacions i la variabilitat fenològica interanual.
En l’àmbit d l’agroecologia avaluen quines són les pràctiques agrícoles més adequades per a la conservació de les comunitats de pol·linitzadors i com restaurar aquestes comunitats en zones agrícoles. Mitjançant diversos estudis d’ecotoxicologia d’abelles, determinen els efectes letals i subletals dels productes agroquímics sobre les abelles en estudis de laboratori, semi-camp i camp. Per altra banda estudien com els efectes dels pesticides s’agreugen quan interactuen amb altres estressos que afecten la salut de les abelles, com ara el canvi climàtic.
Col.labora en el desplegament del Pla Intersectorial de Conservació dels Pol·linitzadors de Catalunya (PIPOL) que proposa diverses mesures fins al 2030 per revertir el declivi dels pol·linitzadors i ha participat en el redactat del document diagnòstic sobre l’estat dels pol·linitzadors a Catalunya.
Podeu trobar la producció científica de l'Anselm Rodrigo al portal de recerca de la UAB

Sandra Nogué
Breve nota
Olga V.: Esto es Vagón de la Ciencia, el proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona dedicado a la divulgación científica. En esta segunda edición los protagonistas son los combustibles fósiles y, en este capítulo, nos centramos en el cambio climático y la biodiversidad. Nos acompaña, por un lado, Anselm Rodrigo, catedrático de Ecología del Departamento de Biología Animal, de Biología Vegetal y de Ecología de la UAB e investigador del CREAF, el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales. Hola, Anselm.
Anselm R.: Hola.
Olga V.: Y también nos acompaña Sandra Nogué. Hola, Sandra.
Sandra N.: Hola.
Olga V.: Sandra es directora de investigación del Departamento de Biología Animal, de Biología Vegetal y de Ecología de la UAB y también investigadora del CREAF. Explicadnos cómo impacta el uso masivo de combustibles fósiles en la crisis climática.
Sandra N.: Esta pregunta, como todos los temas que implican el cambio climático, es muy complicada de contestar, así directamente. Sin embargo, lo que se sabe es que, cuando hay un montón de gases distintos de efecto invernadero, esto provoca que la temperatura se incremente. Es decir, la industrialización conlleva que se incremente muchísimo la temperatura a nivel global. Este sería un pequeño ejemplo de lo que provocan los combustibles fósiles.
Olga V.: La preocupación por la emergencia climática crece en todo el mundo. Así lo evidencia la última encuesta Voto Climático del Programa para el Desarrollo de la ONU, de junio de 2024. Una de las conclusiones más destacadas es que el 80 % de la gente desea que haya más contundencia en la acción climática de los gobiernos. Sandra, en una de vuestras últimas publicaciones científicas destacáis la posibilidad de que los ecosistemas y las sociedades se colapsen debido al cambio climático. ¿Pronosticáis que esto va a pasar dentro de unas cuantas décadas?, ¿siglos?, ¿milenios? ¿O no se sabe?
Sandra N.: La conclusión que hemos sacado sobre las catástrofes a nivel de sociedades, a partir de datos históricos, arqueológicos y también fósiles, es que, cuando se produce una crisis ambiental, política o climática, hay un cambio global que provoca que las civilizaciones puedan llegar a colapsarse. Tal vez el caso más paradigmático es el de los mayas: había unas poblaciones, unas ciudades enormes que, debido a todos estos factores juntos, se colapsaron. En cuanto a lo que puede suceder en el futuro, dentro de algunos años, creo que actualmente tenemos muchas herramientas para saberlo y, además, conocemos estas causas producidas en el pasado. Por eso, según mi opinión personal, se podría controlar un poco más. Ahora bien, lo que ofrece el futuro es algo difícil de predecir, en este caso.
Olga V.: ¿Qué evidencias científicas demuestran que en las últimas décadas se están acelerando los cambios en el planeta?
Sandra N.: En cuanto a la biodiversidad, lo que vemos, analizando sobre todo islas, como Mallorca o Canarias, es que, cuando la gente llega a una isla con sus distintas técnicas de cambio ambiental, la vegetación cambia mucho y muy rápido. Igual es porque se han introducido muchas especies nuevas, igual porque ha habido talas... Lo que vemos es un cambio sin control, que las especies van cambiando bastante.
Olga V.: Pero se supone que ahora es un momento en el que llega gente: todos nos movemos, todo es muy global.
Sandra N.: Sí. Y, de hecho, lo que se ve es que se han ido moviendo especies, muchas veces de uso agrícola, en varias partes del mundo. Existe un ejemplo interesante en la Polinesia, el taro, una especie que se ha ido llevando de una isla a otra, con todas las repercusiones ambientales que eso puede tener.
Olga V.: Hace unos 4500 millones de años que existe el planeta Tierra. ¿Se sabe si ha habido siempre cambios en la biodiversidad? Ahora hablabas de las civilizaciones; por tanto, vosotros sabéis que hace miles de años eso también pasaba.
Sandra N.: Sí. De hecho se sabe que, hasta ahora, ha habido como mínimo cinco extinciones masivas en la historia de la Tierra. Y eso se ve en los registros estratigráficos, geológicos: en momentos concretos, desaparecen familias enteras. Normalmente se dice que pasó debido a grandes cambios ambientales, desde un meteorito, que es el caso más característico, hasta cambios atmosféricos muy grandes.
Olga V.: Precisamente te quería preguntar cuáles habían sido hasta ahora los agentes de este cambio. ¿El meteorito estaría en la lista?
Sandra N.: Los meteoritos, según lo que sabemos hoy en día, sí. De hecho, se puede ver el impacto de un meteorito en las costas de México.
Olga V.: ¿Y conocéis otros agentes?
Sandra N.: Sí, hay regresiones marinas, volcanes, terremotos masivos... Los hay distintos a gran escala.
Olga V.: ¿Y había pasado otras veces que los humanos, como especie, hubiéramos tenido un impacto tan negativo sobre el planeta? Me atrevo a decir «tan negativo»... En todo caso, ¿tanto impacto sobre el planeta?
Sandra N.: Lo que nosotros vemos, sobre todo en islas (y quizás os estéis preguntando por qué hablo tanto de islas..., y es porque podemos saber muy bien cuándo la gente llegó a las islas y las colonizó), es que, aunque el número de personas que llega a un lugar sea pequeño, tiene un impacto, a pesar de que evidentemente sea menor que cuando llegan olas de colonización con barcos mucho más grandes y con más equipo.
Olga V.: Por tanto, el impacto no solo tiene que ser negativo.
Sandra N.: Dependiendo de cómo definamos este impacto. Cuando la gente llegaba a estos lugares, aparte de crearse su núcleo urbano, aunque fuera a pequeña escala, también hacía una selección de las especies, se producían cambios de usos de suelo, fuegos... Si eso era positivo o negativo, también depende de cómo se mire.
Olga V.: ¿Y la actividad humana cómo afecta ahora a la diversidad?
Sandra N.: Depende de si miramos la riqueza; existe mucha discusión al respecto, porque muchas veces, cuando llegan especies nuevas, se incrementa el número de especies de la zona. Ahora bien, también puede haber un proceso homogeneizador: una especie se puede emplear para controlar, puede competir con las especies locales y convertirse en la más dominante. Eso sí lo vemos.
Olga V.: ¿Y qué papel tienen los combustibles fósiles?
Sandra N.: A ver, en este tema en concreto, poco. Ahora bien, los combustibles fósiles provocan que se incrementen las temperaturas a nivel global y, por tanto, puede pasar que haya especies a las que estas nuevas condiciones les vaya muy pero que muy bien y que se adapten mucho más rápido; o que se produzcan migraciones de distintas especies, distintas relaciones especie-especie, planta-especie... Entonces, quieras o no, el cambio climático presenta un impacto sobre las especies vegetales, animales, etcétera.
Olga V.: Los combustibles fósiles nos dan una gran capacidad energética, una capacidad que nos permite producir más y más rápido, desplazarnos más lejos y más rápido. ¿Cuanto más cantidad y más velocidad, más impacto?
Anselm R.: Sí, lo que parece es que los combustibles fósiles, aparte del efecto de cambio climático, tienen una gran capacidad de transformar el paisaje. Esta transformación siempre la hemos tenido, como comentaba antes Sandra, pero es verdad que ahora está mucho más acelerada. Es el caso de las invasiones de especies que comentábamos: con la capacidad de transporte que tenemos y de llegar a la otra punta del mundo a una velocidad increíble, con las especies invasivas pasa lo mismo que ha pasado con las enfermedades. Antes el proceso era siempre mucho más lento. Ahora tenemos esta gran capacidad y, además, como decía Sandra, las mismas especies pueden producir una homogeneización biótica. A veces, se habla de ganadores (winners) y perdedores (losers) en el cambio climático, porque estamos viendo que con esta globalización hay especies que están ganando terreno en muchos lugares y generan una homogeneización biótica importante. Alguna gente la compara con la cultural, la lingüística...: es eso. Esta capacidad de movernos tan rápido y tan lejos y de transformar el medio tiene mucho que ver con los combustibles fósiles.
Olga V.: ¿La pérdida de diversidad es perjudicial?
Anselm R.: Yo creo que sí, porque es perjudicial desde el punto de vista de la funcionalidad del sistema, aparte de por cuestiones éticas y estéticas, que también son muy relevantes. Yo pienso que, como humanidad, tenemos el compromiso de mantener el máximo de especies que han tenido la mala idea de convivir con nosotros, pero lo que sí está claro, porque se ha demostrado, es que un ecosistema con más diversidad y más riqueza es más funcional. ¿Por qué? Por un lado, por la complementariedad, porque hay especies que hacen cosas distintas y eso nos conviene (en una casa, conviene que haya gente que sepa de lampistería, de carpintería y de obra). Y, por el otro, por la redundancia, es decir, porque hay varias especies que pueden hacer lo mismo (en el ejemplo de la casa, conviene que varias personas sepan de carpintería, a fin de que, si una coge la baja, las demás puedan acabar el trabajo). Por tanto, necesitamos complementariedad y redundancia, las dos cosas. Si perdemos especies, podemos perder esta capacidad. Y no sabemos exactamente qué pasaría, pero sí se ha visto, por ejemplo, en sistemas agrícolas que están muy simplificados que para que tenga lugar la polución tenemos que llevar ahí la abeja de la miel o a alguien que polinice con un pincel, porque hemos perdido todas estas otras funcionalidades.
Olga V.: Exacto, cuéntanos algunos casos concretos de cómo impacta el cambio climático en la biodiversidad. ¿Qué está pasando, por ejemplo, con los polinizadores?
Anselm R.: Pues los polinizadores tienen muchos problemas, y quizás el cambio climático no es el principal, pero sí tiene que ver, sobre todo en zonas agrícolas, con esta intensificación agrícola, que implica, además del uso de pesticidas, una simplificación del sistema, es decir, hacerlo todo mucho más homogéneo, con grandes extensiones del mismo cultivo... Esta capacidad de transformación tiene que ver con la capacidad que nos dan los combustibles fósiles, esta intensificación, que provoca que se pierda diversidad de polen y diversidad funcional. Tenemos menos polinizadores haciendo el trabajo de polinización, de forma que dependemos de polinizadores que nosotros incorporamos, como la abeja de la miel, o, llevándolo al extremo (lo cual ya está pasando en algunas zonas del mundo), tenemos que polinizar prácticamente a mano.
Olga V.: ¿O sea que debemos hacerlo los humanos?
Anselm R.: Los humanos.
Olga V.: ¿Hacemos de polinizadores?
Anselm R.: Sí, porque hemos perdido esta función del ecosistema, que es tan importante.
Olga V.: La crisis climática supone que existen muchos elementos que están alterados y desajustados. Por ejemplo, no es solo que suba la temperatura del planeta, sino que los patrones climáticos también están cambiando, los bosques se mueren y no solamente porque se queman. Si los bosques sufren, ¿eso cómo afecta al resto de la biodiversidad?
Anselm R.: Los bosques o cualquier sistema. Es decir, lo que estamos viendo (bueno, yo no trabajo mucho con bosques) es que estos cambios son muy rápidos. En cambio, la capacidad de las especies de dispersarse o de cambiar de composición es limitada. Normalmente, cuanto menos capacidad tengan de moverse y cambiar de lugar, más difícil es que puedan aguantar este cambio. Es lo que decíamos sobre ganadores y perdedores. Y luego hay efectos difíciles de prever. Por ejemplo, en el caso de los polinizadores existen efectos que no esperábamos: estos inviernos que estamos teniendo, tan calientes, están provocando que algunas especies alteren su ciclo vital, y eso ha promovido que las abejas con las que trabajamos (que en invierno están en forma adulta en el nido), como hace más calor, estén más débiles y sean mucho más sensibles a los pesticidas, de forma que los pesticidas, que estaban a niveles seguros, de repente ya no son seguros para estos animales. Y esta es la típica cosa que es muy difícil de prever: se traspasa un umbral de temperatura y eso tiene un efecto asociado imprevisible. Así, lo que nos preocupa no son tanto los procesos más lineales, a los que estamos más acostumbrados, sino los umbrales, ya que si los traspasamos, de repente, esto tiene unos efectos que no esperábamos.
Olga V.: ¿Y todos estos desajustes son reversibles? ¿O al menos algunos lo son? ¿Podríamos hacer algo?
Anselm R.: Sí, habría que mitigar el cambio climático. Tendríamos que intentar, sobre todo, cumplir los acuerdos y, por tanto, dejar de emitir especialmente gases de efecto invernadero. E intentar capturarlos, si es que todavía caben en algún lugar, si existe algún sumidero activo, que seguramente serían los suelos (os lo contarán en otro pódcast). Y ser el máximo de prudentes. Por ejemplo, en el caso de los pesticidas, si usamos menos, seguro que habrá una mejora. E intentar naturalizar al máximo, recuperar esta estructura más natural, en mosaico, de muchos de nuestros ecosistemas agrarios.
Olga V.: Por tanto, para mitigar el cambio climático todo el mundo tiene claro que hay que cuidar el planeta, intentar conservar lo que tenemos. Pero ¿sería posible crear biodiversidad? Si mitigamos el cambio climático, ¿podemos recuperar lo que tenemos?
Anselm R.: Bien, recuperar significaría recuperar especies. Eso me parece un poco de ciencia ficción.
Olga V.: De Jurassic Park.
Sandra N.: Pero lo que vemos los paleobotánicos en algunos ecosistemas, en cuanto a la composición de especies, sobre todo vegetales, es que, por ejemplo después de un incendio o unos procesos de cambio de suelos elevados, se vuelven a recuperar umbrales similares a los anteriores cuando estos cambios dejan de impactar sobre la naturaleza, sobre la biodiversidad. Este tiempo no se conoce demasiado bien, puede variar un poco: de cien años a un poco más o un poco menos (depende mucho de las condiciones locales).
Olga V.: Anselm Rodrigo y Sandra Nogué, muchas gracias por haber subido al Vagón de la Ciencia.
Sandra N.: Muchas gracias.
Anselm R.: Gracias a vosotros.
Olga V.: Y, si queréis saber más, escuchad otro capítulo.
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