Transición energética y ciudadanía. Del euro al joule.
Investigadores

Daniel Campos
Breve nota biográfica.

Francesc Xavier Álvarez
Breve nota biográfica.
Transcripción del capítulo
Olga V.: Esto es Vagón de la Ciencia, el proyecto de la Universidad Autónoma de Barcelona dedicado a la divulgación científica. En esta segunda edición, los protagonistas son los combustibles fósiles y, en este capítulo, nos centramos en la transición energética y la ciudadanía. Nos acompaña Daniel Campos, doctor en Física, profesor del Departamento de Física e investigador en física de los sistemas biológicos y sociales de la UAB. Hola, Daniel, ¿cómo estás?
Daniel C.: Hola, ¿qué tal?
Olga V.: Y también está con nosotros Francesc Xavier Álvarez, doctor en Física, profesor del Departamento de Física e investigador en procesos de transporte de energía en la UAB. Hola, Francesc Xavier.
F. Xavier A.: Hola, ¿qué hay?
Olga V.: Para empezar, contadme qué es la transición energética.
F. Xavier A.: Bien, la transición energética es el modelo que nos permitirá ir de unas fuentes de energía que no son renovables, que no son sostenibles, hacia un modelo en el que las fuentes que utilizaremos ya serán más sostenibles.
Olga V.: Y en un contexto de crisis climática como la actual, ¿cobra especial importancia esta transición energética?
Daniel C.: Bien, hay que decir que esta transición, ese cambio de modelo del que hablaba Xavier, es necesario para solucionar toda una serie de problemas que tiene el modelo actual que hemos heredado desde la Revolución Industrial. Y uno de esos problemas que debemos solucionar es precisamente el de la emergencia climática.
Olga V.: Sois dos de los investigadores responsables del proyecto de investigación «Del euro al joule», en el que también colabora la Fundación Eurecat y la Universidad de las Islas Baleares. Lo que hacéis es estudiar las dinámicas sociales para favorecer la capacitación de la ciudadanía en el ámbito de la transición energética. Ya sabemos qué es la transición energética; tenemos claro qué es la ciudadanía. Entonces, ¿la ciudadanía es un actor importante en este proceso? ¿Somos importantes para alcanzar con éxito esta transición energética?
F. Xavier A.: Sí, evidentemente, somos clave, porque precisamente somos quienes la hacemos posible. O sea, nosotros hacemos uso de esta energía y somos, como si dijéramos, la mayor parte de esa energía y, por tanto, somos un actor clave en este modelo.
Olga V.: Ahora estoy pensando en las bolsas de plástico. Antes de que entrara en vigor la obligación de pagarlas en todos los comercios en 2017 (no hace tanto), ya sabíamos que era mejor ir a comprar con la bolsa de casa, pero no todo el mundo, o prácticamente nadie, la llevaba. En principio, parece que las decisiones políticas son determinantes para cambiar hábitos y suponen un antes y un después. ¿Lo son menos de lo que nos podríamos imaginar?
Daniel C.: No, yo creo que no. Yo creo que son la clave. Al final, el cambio de modelo pasa por que haya unos cambios legislativos y unas decisiones que vienen desde arriba. No obstante, la ciudadanía debe apretar o presionar a los gobiernos un poco para que este cambio vaya en la dirección correcta.
Olga V.: De ahí la importancia de la concienciación.
F. Xavier A.: De hecho, el ejemplo que has puesto es un ejemplo muy significativo de lo que hay que hacer. A veces, para un modelo económico o político, interesa que la ciudadanía adquiera una serie de costumbres, pero llega un momento en que estas costumbres resultan insostenibles. Entonces, es muy importante que exista un modelo político o económico que de alguna manera dirija otra vez estas costumbres.
Olga V.: Pero, aun así, ¿entendemos entonces que la transición energética es imposible si no se produce una transformación del pensamiento social?
Daniel C.: Sí, claro. De hecho, nuestro proyecto va un poco en esta dirección, de pensar cuáles son las claves para fomentar este cambio de comportamiento en la ciudadanía. Al final, aunque las decisiones las toman los gobiernos, como decía Xavi, todo el consumo, todo el día a día que representa el cambio de modelo de consumo de energía, lo lleva a cabo la ciudadanía y, por tanto, somos clave.
Olga V.: ¿Y cómo se consigue este cambio? Porque supongo que no es solo que de repente se aprueba una ley y, venga, ¡todo el mundo cambia!
F. Xavier A.: Bien, eso es lo que queremos investigar. Hacen falta muchas cosas, pero la clave sería que, de alguna manera, el mensaje entrara a la ciudadanía de una forma más profunda, no simplemente como una serie de mensajes superficiales. Y, en este sentido, nosotros intentamos explorar un poco el factor de la educación de los adolescentes para que este mensaje entre en las casas. Este sería el modelo con el que nosotros intentamos experimentar.
Olga V.: Hablábamos de las bolsas de plástico, pero existen muchas otras cuestiones: la movilidad, el consumo de ropa, la alimentación de proximidad... ¿Hay temas en los que la ciudadanía nos resistimos más al cambio? Tal vez sin ser conscientes de ello...
Daniel C.: Sí, seguro que sí. Yo, normalmente, acostumbro a poner el ejemplo del transporte. De hecho, yo mismo a mis estudiantes les digo que, si nos dejamos las luces de casa encendidas, todo el mundo tiene claro que es un descuido y que no puede ser, sobre todo si nos las dejamos encendidas varios días, por ejemplo cuando nos vamos de vacaciones...
Olga V.: ¡Eso es terrible!
Daniel C.: Nos llevamos las manos a la cabeza y resulta que dejarnos las luces encendidas tres días equivale a dar, a veces, una vuelta más para aparcar el coche. Y no somos conscientes de que gastamos la misma energía en una cosa que en la otra. Y no nos importa dar tres, cuatro o cinco vueltas más para aparcar, o hacer una ruta algo más larga por el motivo que sea. Yo creo que el tema del transporte es el que más olvidado está, o la gente es menos consciente de lo que representa.
Olga V.: Si somos lo suficientemente conscientes de la importancia de la transición energética y de lo que nos va a aportar, de los beneficios para nosotros y el planeta, ¿será más fácil tomar decisiones responsables, sostenibles y que perduren en el tiempo?
F. Xavier A.: Sí, sí. Eso es evidente. Si una persona sabe qué es lo que consume más energía en su día a día, es más consciente de las cosas que debe revisar a la hora de intentar reducir el consumo. Como ha dicho Dani, a veces no somos conscientes de que hacemos cosas que gastan muchísima energía, y precisamente nosotros deseamos transmitir esta información a la ciudadanía. Antes que nada, se debe realizar un análisis de este consumo.
Daniel C.: Sí, se trata un poco de poner el foco en cuáles son los debates. Más que ofrecer soluciones o decir qué tiene que hacer cada persona en su día a día, se trata de que la gente sea consciente de dónde se sitúan los debates clave en la transición energética.
Olga V.: ¿Y habéis detectado cuáles son los elementos que propician la adopción de estos nuevos hábitos más rápidamente? Y lo que decíamos: ¿para que se consoliden a lo largo del tiempo? ¿Ya tenéis la clave?
F. Xavier A.: No tenemos la clave, pero tenemos el estudio que queremos realizar, como he comentado antes. Nosotros creemos que entre los dieciséis y los veinticuatro años de edad se está todavía en fase de formación y en esta etapa es relativamente fácil ir introduciendo temas de sostenibilidad. Cuando estos temas se comprenden bien, estos individuos los van introduciendo dentro de sus familias. Todo el mundo sabe que si tienes un adolescente en casa que te presiona para que gastes menos energía, para que hagas una actividad de forma más sostenible, esta presión acaba teniendo un impacto.
Olga V.: Y, a grandes rasgos, ¿qué cambios deberíamos incorporar en nuestro día a día para hacer este uso más sostenible de la energía?
Daniel C.: Bien, yo creo que son conocidos. La gente ya sabe que puede reducir el consumo en casa bajando la temperatura del termostato de la calefacción o intentando usar menos el vehículo privado... La gente conoce la teoría. Lo que pasa es que a veces cuesta llevarla a la práctica, como todo, porque a menudo no nos identificamos con el problema; creemos que ya lo solucionarán los gobiernos...
F. Xavier A.: De todas formas, me gustaría decir que todos somos conscientes de algunas actividades que consumen energía, pero, a veces, hay otras actividades que gastan mucha y que quedan un poco ocultas. Por ejemplo, la fabricación de cemento. Es un proceso que consume muchísima energía. Claro, cuando fabricamos una casa estamos haciendo este gasto. Entonces, uno de los mensajes que también intentamos transmitir es información sobre el gasto de energía que presentan todos estos procesos que están más ocultos, para que la gente realmente sea consciente de ello.
Daniel C.: Sí, yo creo que es un problema de escalas. O sea, existen muchas campañas y nos han insistido mucho sobre qué podemos hacer en nuestra casa para reducir los consumos, pero las escalas más globales, como dice Xavier, de grandes empresas, del consumo energético de un país, la gente no las comprende. Entonces, como decía antes, tenemos que intentar poner el foco en el lugar donde están los debates importantes relacionados con esta gran escala del problema.
Olga V.: «Del euro al joule» propone poner el ahorro y la eficiencia energética a los mismos niveles que el ahorro y el rendimiento económico. Conozcamos los ejes de este proyecto. Existe la idea de crear una plataforma digital con recursos formativos. ¿En qué punto se encuentra? ¿Está creada, diseñada?
F. Xavier A.: La estamos desarrollando. De hecho, con Dani hace bastante tiempo que ya creamos material didáctico para utilizar, por ejemplo, en la etapa de secundaria a través de la física, de la tecnología... Son ejercicios que permiten poner en práctica cuestiones de sostenibilidad. Y todo este material, junto con más vídeos que estamos creando durante estos meses, se va a colgar en esta web.
Olga V.: ¿Cómo tenéis pensado hacer difusión? ¿Cómo se hará el enlace entre la información y los jóvenes?
Daniel C.: Esa es una parte importante del proyecto. La idea, sobre todo, es servirse de las redes sociales de las entidades que formamos parte del proyecto. Hablamos de la UAB, como has comentado antes, y también de la Fundación Eurecat y la Universidad de las Islas Baleares. Este será el punto de partida de la difusión.
Olga V.: Otro de los ejes es un estudio de las redes sociales, que muestra cuál es el impacto que tienen los contenidos de estas plataformas. ¿Tenéis alguna hipótesis del tipo de mensajes que impactan más al colectivo joven?
F. Xavier A.: Bueno, de hecho la idea es intentar realizar un estudio para ver hasta qué punto el lenguaje científico, de alguna manera, desconecta a esta audiencia más joven de lo que podría ser el mensaje. Lo que queremos hacer, también, es probar con unos vídeos que tengan un impacto un poco más emocional, no tan científico, en este sector de la población.
Olga V.: Y, hasta ahora, ¿qué es lo que está funcionando mejor? ¿Qué influye más en la transformación de las dinámicas sociales?
Daniel C.: Pues, yo diría que nadie tiene la varita mágica para saber exactamente qué funciona. De hecho, existen muchos estudios y algunos son, incluso, contradictorios. Pero sí hay dos o tres cosas generales que se saben. Por un lado, la idea de que se deben intentar evitar especialmente los mensajes negativos. La gente reacciona un poco adversamente a los mensajes catastrofistas y eso no promueve el cambio de hábitos. Y, sobre todo, creo que hay que llegar a la gente de maneras muy diversas y repetidamente. Al final, cada sector de la población y cada persona es distinta y, entonces, el modo de llegar a cada uno es diferente. Debemos explorar todas las vías y combinarlas de forma óptima.
Olga V.: ¿Y qué diríais a toda esa gente que piensa que los cambios que realizamos de forma particular para contribuir a esta transición energética son prácticamente insignificantes y que lo que en realidad hace falta es el compromiso de las grandes corporaciones, de los gobiernos...?
F. Xavier A.: Yo les diría que no hay nada más alejado de la realidad. Puede parecer que el ahorro energético que se hace individualmente tiene una relevancia más bien pequeña, pero lo importante es la concienciación. Saber cuáles son los cambios globales que queremos, presionar a los gobiernos, a las corporaciones, para que presenten unos comportamientos adecuados a este modo de pensar. Si la economía va mal, todo el mundo opina, todo el mundo tiene una idea de qué cosas se tienen que llevar a cabo para cambiar la economía del país, pero cuando hablamos de sostenibilidad nadie tiene ideas en este ámbito. Y nosotros queremos que, precisamente, la gente acabe teniendo estas ideas, o sea, acabe teniendo más o menos una idea de qué debe votar y dónde debe presionar para conseguir esta sostenibilidad.
Daniel C.: De ahí viene un poco el nombre del proyecto, «Del euro al joule». Todo el mundo tiene claro que, si podemos pagar cinco euros por algo, lo preferimos antes que pagar seis. Pues lo mismo con la energía: si podemos ahorrar un joule, lo ahorramos. Y, para ello, es necesario que entendamos bien dónde se va la energía, igual que vigilamos dónde se va el dinero de casa.
Olga V.: Francesc Xavier Álvarez y Daniel Campos, doctores en Física y profesores del Departamento de Física de la Autónoma, muchas gracias por haber subido al Vagón de la Ciencia.
F. Xavier A.: Gracias a vosotros.
Daniel C.: Muchas gracias.
Olga V.: Y, si queréis saber más, escuchad otro capítulo.
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