Plantas
El objetivo principal de la bioseguridad vegetal es la protección del medio ambiente. Los fitopatógenos y las malas hierbas pueden tener efectos devastadores en la agricultura y la biodiversidad, pero no hay que olvidar los posibles efectos sobre las personas (ej. alergias) o a la comunidad circundante.
La bioseguridad en el mundo de las plantas se aplica especialmente en dos campos, no excluyentes, que son: las plagas y las plantas transgénicas. Así pues, podemos encontrar especies vegetales:
- tóxicas y venenosas;
- parásitas;
- exóticas y/o invasoras;
- infectadas o infestadas;
- transgénicas con genes de otras plantas, de microorganismos, de animales o de seres humanos.
Medidas de biocontención
Las plantas transgénicas pueden transmitir nuevas características a otras plantas. La biocontención se centra en prevenir la diseminación del material genético a través de los órganos vegetativos o los reproductivos (semillas, polen, bulbos, rizomas, etc.). Dado que la transmisión es fundamentalmente mediante polen, es necesario que las plantas transgénicas sean estériles o bien hacerlas crecer de forma confinada en una sala de cultivos o un invernadero diseñado para prevenir la liberación del polen a través del aire o por insectos.Para hacer una selección y uso correctos de las medidas de control en el ámbito de la bioseguridad vegetal se puede consultar Plant biosafety in research greenhouse. A Practical Guide to Containment. (2ª edición 2008).