Cinco consejos para prevenir enfermedades respiratorias
Lávate las manos con frecuencia. Utiliza pañuelos desechables al toser o estornudar. Ponte la mascarilla cubriendo la nariz y la boca. Ventila los espacios cerrados. Vacúnate contra la gripe o la COVID si tienes 60 años o más, si padeces una enfermedad crónica o si estás embarazada.
Para prevenir cualquier enfermedad respiratoria es necesario aplicar las medidas genéricas de protección:
Lavarse las manos frecuentemente
Lavarse las manos es la medida más eficaz para reducir la transmisión de infecciones. Se debe hacer con agua tibia y jabón, preferiblemente líquido y con pH neutro (o con soluciones alcohólicas 70%), hasta la altura de las muñecas, con movimientos de fricción y rotación:
- Antes y después de ir al baño.
- Después de mocarse, toser o estornudar.
- Al llegar a casa después de salir a la calle.
- Antes de preparar o comer cualquier alimento.
- Después de tocar alimentos crudos.
- Cada vez que manipulamos basura, dinero, cartones, etc.
- Cuando tocamos animales y alimentos para animales.
- Después de tocar barandillas de escaleras públicas o las barras del transporte público.
- Tras el contacto directo con personas enfermas o su entorno.
- Y siempre que las manos estén sucias.
Tápese la boca y la nariz al toser o estornudar
Hay que hacerlo con pañuelos desechables o con la cara interna del codo y lavarse las manos enseguida (con agua y jabón o con soluciones alcohólicas del 70%).
Evite espacios concurridos donde se puedan producir aglomeraciones
La transmisión es más fácil si hay muchas personas. Si tiene alguna condición de salud previa que pueda agravar el contagio, le recomendamos que utilice la mascarilla en estos espacios (especialmente si son cerrados).
Póngase la mascarilla
El uso de la mascarilla es muy recomendable para todas las personas de seis años en adelante en centros sanitarios, o si trabaja o visita un centro sociosanitario o una residencia de personas mayores. En los puestos de trabajo, es el servicio de riesgos laborales quien debe comunicar a los trabajadores y trabajadoras si deben llevarla.
Ventile a menudo los espacios cerrados
La ventilación es clave para evitar la concentración del virus en un espacio cerrado.
Se ha demostrado que el riesgo de contagio en el interior de los edificios es mayor que en el exterior.
Por tanto, es importante ventilar al máximo posible los espacios cerrados para favorecer una renovación de aire suficiente, así como realizar al aire libre aquellas actividades que lo permitan.
Para que la ventilación sea efectiva, conviene abrir ventanas o puertas que se encuentren opuestas entre sí, a fin de que corra el aire.
Si dispone de sistemas de ventilación y climatización, mantenga el máximo aporte posible de aire exterior. Si estos sistemas son descentralizados y, por tanto, que sólo hacen circular el aire interior, complementarlos con ventilación natural abriendo ventanas y puertas, o utilizarlos a velocidades de ventilador bajas. Es necesario que los equipos estén en un buen estado de mantenimiento.
Fuente: Cat Salut